Working IN Vertical
Especialistas en Retirada de Amianto, Uralita y Fibracemento con total garantía y seguridad.
Trabajos Verticales
Realizamos todo tipo de trabajos verticales, exteriores, interiores, de dificl acceso… con la mayor profesionalidad.
Desamiantados
Empresa con certificación RERA, que da servicio completo de retirada de amianto, uralita y fibracemente de forma segura.
Servicio Profesional
Proporcionamos un servicio de calidad para nuestros clientes con la mayor garantía sin poner en riesgo la salud.
Retiramos todo el amianto
Procedemos a la retirada de todo el material de la obra con amianto siguiendo las estrictas medidas de seguridad establecidas por sanidad.
Embalaje seguro del amianto retirado
Embalamos y aislamos con toda la seguridad necesaria el amianto retidado de la obra para posteriormente retirarlo del lugar afectado.
Destrucción del amianto
El material retirado es trasladado en centros de tratamiento autorizados del amianto para su total neutralización.
¿Qué es el amianto y por qué es peligroso?
Según la OMS el amianto es uno de los carcinógenos ocupacionales más importantes y provoca alrededor de la mitad de las muertes por cáncer profesional. Pero, ¿qué es este material? ¿de dónde sale? ¿cómo y cuándo estamos expuestos a él?
En nuestro país el amianto es más conocido popularmente como ‘uralita’ debido al nombre de la empresa que lo comercializó como material de construcción. También es llamado asbesto y se trata de uno de los componentes del fibrocemento, un material con extraordinaria resistencia a la tensión, su escasa termoconductividad y su relativa resistencia al ataque químico.
Estas propiedades convirtieron al asbesto en un material ideal, que se utiliza en el aislamiento de los edificios, como componente de diversos productos (tejas, tuberías de agua, mantas ignífugas y envases médicos), como aditivo de los plásticos y en la industria automovilística (revestimiento de embragues y frenos, juntas y amortiguadores).
Amianto: cuidado con la inhalación de sus fibras
Algunas de las fibras microscópicas que componen este material pueden permanecer en suspensión en el aire el tiempo suficiente para respirarlas, por lo que la forma más común de exposición al amianto es a través de la inhalación, que se produce tanto en el lugar de trabajo; como en las cercanías de los puntos de producción o fábricas que trabajan con amianto; o el aire del interior de construcciones que contienen partículas fraccionadas de amianto.
Según la OMS, en la actualidad, unos 125 millones de personas de todo el mundo están expuestos al amianto en su lugar de trabajo, ya que han tenido o sigue teniendo un uso comercial. Da igual el tipo de asbesto del que se trate, todas sus variedades son peligrosas ya que pueden causar enfermedades mortales como cáncer de pulmón, mesotelioma, cáncer de laringe y de ovario, y asbestosis (fibrosis de los pulmones).
Gestión del amianto en la actualidad
El uso de amianto fue prohibido en España en diciembre de 2001, si bien algunas de sus variedades ya estaban eliminadas del mercado antes como el amianto azul, que se prohibió en 1984, o el amianto marrón, que estaba fuera de circulación desde 1993.
Sin embargo, la realidad es que a pesar de conocer sus riesgos y estar prohibido, aún hay construcciones viejas, anteriores a la prohibición, realizadas con este material. Conscientes de los riesgos que esto puede suponer para la salud de determinados gremios, se recomienda a los trabajadores de profesiones relacionadas con los derribos y el mantenimiento, que siempre lleven equipos de protección individual.
Si se es consciente de la existencia de asbesto en el edificio, existen empresas especializadas en la retirada de amianto que pueden asegurar una limpieza profesional, para dejar la construcción libre de restos de contaminaciones.
Uralita y fibrocemento
Para muchos será más fácil de identificar el amianto si hablamos de uralita y fibrocemento, las dos marcas con que se comercializó en España. Ya entrado el siglo XX, la industria del amianto despuntó en la construcción, el aislamiento térmico de espacios y conducciones, la insonorización de espacios, y la fabricación de tuberías y tubos de conducción de humos, así como la elaboración de depósitos contenedores de agua y otros líquidos.
Placas para techos y tubos de conducción de fluidos y humos hechas con este material fueron utilizadas en la mayor parte de los edificios y naves industriales desde el final de la Guerra Civil y hasta bien entrados los años 90. Los techos de muchas fábricas, de cobertizos y de establos en granjas eran realizados con este material, al igual que numerosas conducciones en los edificios. También las insonorizaciones de cines, teatros y auditorios, en los que, en algunos casos, el amianto puede seguir presente.
No existe un censo de personas ni edificios afectados.
En España, por otro lado, no hay un censo de antiguos trabajadores del amianto, ni de edificios que lo contienen, como sí ocurre en otros países.
La preocupación se ha extendido desde los empleados al total de la sociedad que podría estar afectada en mayor o menor medida.
El motivo es que numerosas estructuras hechas con este material permanecen en muchas viviendas y naves industriales recicladas a usos de enseñanza, ocio o coworking, en ocasiones sirviendo de tejados o tejadillos de claraboya o tragaluces, así como conformando las conducciones de desagüe, o de salida de humo, e incluso en las pizarras que se utilizan en las aulas. También quedan depósitos de agua en los altos de algunos edificios, sobre todo en zonas de costa, por no hablar de la fibra que se usaba como aislante de tubos de aire acondicionado y calefacción.
Mi edifico tiene amianto: ¿qué hago?
Debemos estudiar sobre todo las bajantes que canalizan la salida de agua del edificio; también los depósitos de agua, si los hay, en las azoteas, así como las chimeneas de extracción de humos. Ocasionalmente, en calefacciones centralizadas, puede estar recubriendo las tuberías en forma de lanas aislantes, y también en sistemas de aires acondicionados de oficinas antiguas o bien entre un techo de obra y las placas del falso techo de las oficinas. Por supuesto, si tenemos algún tejadillo de amianto, debemos pensar en sustituirlo.
Si detectamos alguna estructura de las citadas en el edificio en el que vivimos, es muy importante no precipitarse a retirarla. Por sus características, el amianto al romperse libera polvo de fibras que pueden resultar potencialmente peligrosas si se inhalan, por lo que exige una desinstalación y retirada mediante procesos especializados. Lo primero que debe hacerse, en consecuencia, es evaluar el estado de la estructura.